Ergo, una hamburguesa es absolutamente personal.
Aquí algunas de las posiciones más frecuentes:
- Usar carne molida de sirloin o aguayón. Apenas condimentar con sal y pimienta. Armar las hamburguesas gruesas, de tal suerte de que cuando se asen, la relación con la tapa y base del pan sea de 2 a 1.
En esta opción, algunas personas gustan que una tercera parte de la carne total sea de costilla, para ganar un poco de jugosidad.
- Usar carne molida de res y cerdo en una proporción de 50-50. Sazonar al gusto y asar.
Una vez más, al gusto, es posible moler o picar algo de tocino a la mezcla de carnes.
- Algunas mamás optan por encubrir vegetales en la mezcla de la carne molida, como zanahoria rallada o esta receta de Choose my plate, donde se agrega una buena porción de champiñones.
- Versiones un poco más complicadas con huevo (a algunas personas les desagrada mucho y prefieren las opciones anteriores).
Marco Beteta sugiere esta receta:
"Un kilo de carne molida. Agregarle un huevo crudo, una taza de avena, ½ taza de harina, una cebolla mediana rallada, el jugo de un ajo, 4 cucharadas soperas de mostaza, 4 cucharadas soperas de catsup, un poco de sal y pimienta negra recién molida. Mezclar todo: debe de quedar una pasta homogénea."
El asado es al gusto (al carbón, en parrilla, etc.) y el término también lo es.
Con niños, es preferible ir por la segura y cocer la carne bien.
En fin... cada quién su propia combinación.
Es increíble presentar hamburguesas y hotdogs donde la carne, el pan y todas las salsas y complementos son hechos por uno mismo...
Realmente, los comensales casi ni se la creen.